Navegamos por la historia de Portugal y encontramos Sintra, un lugar mágico donde la belleza natural de la montaña hasta el mar, edificios y obras creadas por el hombre y por la naturaleza que, posiblemente, no existía siquiera imaginado.
En una neblina mística y conocida por el Monte de la Luna, la Villa que es Patrimonio Mundial de la UNESCO tiene en sí muchos años de el legado de un país al borde del mar plantado, desde el dominio árabe y la conquista cristiana hasta la implantación de la República.
Situado a media hora de la capital Lisboa, en una montaña de granito, Sintra goza de un microclima único, la proximidad de el mar y la fertilidad de la tierra circundante, fue ideal para los reyes y aristócratas, palacios, jardines y bosques.
Este lugar, un sitio único y referencial, varias veces propiedad de reyes y reinas, ha sido una elección privilegiada de viajeros, escritores, aristócratas y burgueses que por aquí se instalaron y desarrollaron en ella un ambiente romántico. Todavía hoy circulan por la villa las carretas que nos hacen viajar en el tiempo, uno de los ex libris que recuerdan su pasado histórico.
Aquí vemos el Palacio da Pena, una de las siete maravillas de Portugal y uno de los 10 lugares en el mundo, según el sitio web de TripAdvisor parece pertenecer a un cuento de hadas, pero también se puede encontrar más información sobre la alquimia, el esoterismo, los Templarios y los misterios de la Masonería en un guión por «Sintra Mágica».
Si se quedó curioso con la descripción y con gusto de visitar esta misteriosa villa, no puede dejar de probar los Travesseiros y las famosas Queijadas, una delicia típica, que podemos conocer en la Casa Priquita, un lugar fundado en 1862, hace unos 160 años.