En la pequeña ciudad fué erigida una estatua en honor al general Noble D. Nuno Álvares Pereira, considerado el más grande estratega, comandante y genio militar portugués de todos los tiempos, cuya victoria por la independencia de Portugal en la batalla de Aljubarrota, dirigido al Rey D Juan I cumpliera la promesa de erigir un monasterio como agradecimiento a la Virgen María, conocido también por Monasterio de Santa María de la Victoria.
Desde el Planalto de São Mamede a los verdes campos – a las márgenes del río Lena – son muchos los encantos de estos paisajes únicos.
Símbolo de la independencia de Portugal, el máximo exponente es, de hecho, el magnífico Monasterio de Batalha, uno de los principales atractivos de la región, un monumento desde 1983 por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad y se eligió como una de las siete maravillas de Portugal.
Para despertar más su curiosidad, nada como sugerir las especialidades gastronómicas de carne y bacalao, sino también otro tipo de especialidades como sardinas y chicharros secos. En la donación, destaque para los pasteles de herradura, tortas de Palma y de pierna y el delicioso pudín de la Batalha.
La ciudad es rica en motivos para salir a la calle, como son los casos de las animadas y coloridas fiestas populares y romerías que se perpetuaron por todos los tiempos y que aún hoy son muy apreciadas.