Évora es una ciudad-museo cuyas raíces datan de los tiempos de los romanos.

La época de oro data del siglo XVI, cuando era la residencia de los reyes de Portugal.

Évora emerge como la ciudad de la región con mejores condiciones por su dimensión, centralidad y visibilidad en el contexto nacional.

Visitar Évora es una inspiración, ciudad de casas blancas, azulejos y balcones, y principal polo urbano de la región.

Tierra de buena comida y buen vino. En la gastronomía alentejana tradicional se destacan el ensopado de cordero, gaspacho a la alentejana, la azorda a la alentejana y las migas con carne de cerdo, entre muchos otros platos, casi siempre templados con los condimentos que crecen en el Alentejo (cilantro, oréganos, ajo, laurel) , acompañados con pan alentejano, denso y sabroso.

Évora fue considerada patrimonio mundial por la UNESCO en 1986 y cuenta con paisajes de horizonte infinito. Campos de vides, olivos, alcornoques y encinas. Tierras cultivadas con vegetales o cereales. Évora es el ejemplo perfecto de lo mejor que une hombre y naturaleza.

Por aquí se respeta la tradición de la artesanía local con objetos tradicionales creados en las casas más antiguas y en las tiendas más tradicionales. Las piezas artesanales utilizan elementos como el corcho, el hierro, el barro y el cuero, extendiéndose también a la costura con los encajes, tapicerías y bordados. Un mundo a conocer y que, por cierto, querrá llevar consigo.